Donde quedo la cultura argentina??

La pode­rosa men­tira se ha enrai­zado en la Argen­tina como una marca de fuego. Todos los ámbi­tos del poder Eje­cu­tivo hege­mó­nico gozan de la impu­ni­dad entre­gada en ban­deja por el poder Judi­cial y Legis­la­tivo, que per­mite que los dis­la­tes de la mesa chica se con­vier­tan en Ley y que las evi­den­cias de corrup­ción e enri­que­ci­miento ilí­cito pasen a ser solo denun­cias de los medios de prensa enemigos .

Cris­tina, como voz can­tante de la pan­di­lla, es la encar­gada de abrir los fren­tes de bata­lla o retar a duelo a millo­nes de ciu­da­da­nos des­ar­ma­dos, por el solo hecho de esgri­mir cri­ti­cas y mos­trar dis­con­for­mi­dad con el relato oficial.

Los sub­tes y colec­ti­vos que­man las manos de la Señora enlu­tada, des­pren­derse de ellos traerá un pequeño ali­vio para la atri­bu­lada eco­no­mia, pero gran satis­fac­ción a la ven­ganza, prin­ci­pal obje­tivo de los actos espas­mo­di­cos de la presidente.

En momen­tos que la Señora se ha tras­la­dado junto con los libre­tos a la pro­vin­cia de él que ha here­dado ella, sus sol­da­dos se encuen­tran en plena cam­paña dis­cri­mi­na­to­ria y de difa­ma­ción. Abal Medina(h )el calla­dito, des­tapó su boca y aco­me­tió con­tra el enemigo del momento, Macri. Así como tam­bién des­tilo su burla ante la soli­ci­tud de Aso­cia­ción de Enti­da­des Perio­dís­ti­cas Argen­ti­nas (ADEPA) y el Club Polí­tico Argen­tino, que recla­ma­ban con­fe­ren­cias de prensa. El Jefe de Gabi­nete no sola­mente rechazó los recla­mos sino que señaló que algu­nos “endio­san deter­mi­nado tipo de meto­do­lo­gía sim­ple­mente para molestar”.

Tam­bién en la misma línea Anibal Fer­nán­dez, el esca­to­ló­gico, tra­tando de recu­pe­rar los pun­tos per­di­dos durante su última ges­tión, grito a mas no poder como para tener razón La serie de insul­tos y adje­ti­va­cio­nes pre­fe­ri­das, tilingo, vago entre otras fue­ron diri­gi­das al mismo blanco, el Jefe de gobierno capì­ta­lino, claro está que todos estos insul­tan­tes epí­te­tos, se entre­mez­cla­ron con la vehe­men­cia de marihuana para todos pro­puesta en el senado por el mismo Anibal .

Al com­pás de esta per­ver­sión del kir­ch­ne­rismo, el secre­ta­rio de incul­tura de la Nación Jorge Cos­cia, salió ata­que de los flo­ris­tas que par­ti­ci­pan en las edi­cio­nes de Cla­rín por medio de sus comen­ta­rios. Los exa­brup­tos de Cos­cia salie­ron al aire por radio La Red (del grupo Uno) . Estas fue­ron las pala­bras’ del fun­cio­na­rio del gobierno nacio­nal y popu­lar diri­gi­das a los lec­to­res del matu­tino -“Cla­rín son 200 mil lec­to­res, pero ¿cuán­tos oyen­tes hay que están deter­mi­na­dos por el titu­lar de Cla­rín? Hay que ser muy idiota para no darse cuenta que Argen­tina está mejor, hay que ser muy imbé­cil, hay que ser muy retra­sado men­tal para no darse cuenta que Argen­tina está en un camino muy dis­tinto. Yo como lec­tor tengo que ser muy idiota para leer ese dia­rio todos los días”.-para luego agregar”-Estamos viviendo una ver­da­dera revo­lu­ción cul­tu­ral, donde las polí­ti­cas cul­tu­ra­les han dejado de ser para la gente de zona norte de la Capi­tal Federal”.

.La revo­lu­ción cul­tu­ral, alu­dida por el secre­ta­rio inculto no es otra que uni­fi­car el pen­sa­miento a los que pien­sen como yo los aplaudo y a los que no los destierro.

Mien­tras tanto la Argen­tina del camino dis­tinto, cul­tu­ral­mente hablando ha entrado en una deca­den­cia atroz, donde como lo hace este secre­ta­rio todo se mide con la vara de la ideo­lo­gía dejando de lado la capa­ci­dad, el cono­ci­miento, los valo­res, la ética y la moral.

La cri­tica de los lec­to­res dis­cri­mi­na­dos e insul­ta­dos por este per­so­naje estaba refe­rida al blo­queo de impor­ta­ción de libros, una bar­ba­rie impuesta por Gui­llermo Moreno que mere­cía una expli­ca­ción no una agre­sión de su parte, ya que los imbé­ci­les, idio­tas y retra­sa­dos men­ta­les se encon­tra­ban enoja­dos con razón. Evi­den­te­mente para Cos­cia los libros no pare­cen cen­trar sus pre­fe­ren­cia, pero si la de los lec­to­res ofus­ca­dos que él condena.

Des­pués muchos se pre­gun­tan — ¿Qué ha pasado con la cul­tura argentina ?

SuSechi