Io odio le persone false
es la frase de la imagen que eligió Sergio2 para su avatar, y la verdad es que hay veces que me tentaría de usarla, de no ser porque me resulta difícil llegar a aplicar el término odiar. Será la educación que recibí de mis viejos, no sé, pero no logro usarlo en mi lenguaje habitual.
Pero a lo que voy es que me cuesta creer lo que escriben ciertos foristas, y es también la razón por la que sólo participo contestando a los posts que considero sinceros. Es muy probable -es más, estoy seguro- que así también he contestado a más de uno que se debe haber regocijado pensando cómo lo ensarté a gil de Inodoro!. Y lo cierto es que es fácil esconderse en el anonimato de un avatar para decir pavadas en un foro.
Yo no ignoro la realidad que se vive en nuestro país, ni pretendo ser -o hacerme- el inocente. Justamente es eso lo que me llevó a tener tantos problemas mientras vivía en Argentina, empezando por el simple hecho que en mi casa me habían enseñado a no tirar la basura en cualquier lado y a tratar de ser puntual, a no insultar, a pedir por favor y a decir gracias, a respetar a la autoridad, y varias cosas más que hoy se consideran anacronismos. Claro después crecí y tuve que pelearme con más de uno para continuar siendo yo mismo. Claro que lo entendí a Favaloro! Y cómo lo entendí! Es por eso que no me puedo llamar a mi mismo un patriota, no porque no vivo en mi país, sino porque para llamarme patriota debería estar dispuesto a dar la vida por él, algo que en mi egoísmo no creo llegar a hacer. Tuve cuotas de patriotismo, eso sí, mientras viví allá, comprometido y participando con mi aporte sincero, en el día a día, laburando, pagando todos los impuestos, no perjudicando a los demás para sobrevivir, consiguiendo mis objetivos a costa de esfuerzo y sin coimas ni amiguismos. Pero no fue suficiente para crecer. Entonces pasa lo que relata Sergio, me voy a otro país y con la misma actitud puedo salir adelante. También hay un factor suerte, ya que tengo amigos y parientes en Argentina que laburan y se mantienen honradamente, pero a costa de un desgaste físico y anímico descomunal, y de un envejecimiento prematuro, ingrato respecto al sacrificio que hacen. A pesar de todo siguen viviendo de su trabajo. Ellos son para mí los patriotas, ya que siguen luchando contra los molinos de viento. Los que en el día a día se las ven con personajes como los que leemos en este foro, que evaden y toman empleados en negro, sin cumplir con las leyes sociales ni los seguros de trabajo, y facturan en falso. Alguna que otra vez tendrán que agachar la cabeza y aceptar pequeñas derrotas pagando coima o usando influencias, pasando así a engrosar las filas de los que ya no están libres de pecado para tirar la primera piedra. Otro triunfo de la corrupción, el principio de silencio que aplica la mafia, ya sos uno más de nosotros, ahora no podés hablar!
Y lo que diferencia un sistema de otro, es que en algunos, aunque tambien exista la corrupción, ésta sigue siendo un delito y está condenada a vivir en la clandestinidad. Desgraciados -y desagradecidos- son los sistemas en donde la corrupción ya pasó a formar parte de la normalidad, puede pasearse sin tapujos por donde también circulan los honestos, y nadie la señala, ni mucho menos la acusa. En eso reside la diferencia. Cuando se acepta que esa es la normalidad, es cuando se acepta la derrota.
Yo también espero que Argentina sople el viento a favor, y no me opongo a un determinado color de gobierno, sólo espero que los que quieran asumir esa responsabilidad no acepten la corrupción como normal.
Saludos
Inodoro (Luis)